viernes, 23 de mayo de 2014

Torre de Torés (As Nogais)



     Según la tradición, cuando los discípulos del apóstol Santiago trajeron su cuerpo, reinaba en Galicia una viuda llamada Lupa. Fueron a su palacio para informarle de su llegada, a pedirle ayuda y un carro de bueyes con el que poder sacar el cuerpo de la barca donde estaba y darle sepultura en lugar decente.

      La reina Lupa les dijo que había que pedir autorización a Filotio, legado del Emperador de Roma. Pero éste, después de informarse y receloso de aquellos hombres, ordenó que los encerrasen en un oscuro calabozo.
Poco estuvieron en él, una noche y en silencio, un ángel los liberó. Las tropas del legado salieron en su búsqueda y cuando ya los alcanzaban ocurrió un milagro. El puente que acababan de cruzar los apóstoles se derrumbó, al intentar cruzarlo Filotio y sus tropas cayeron al agua.

      Al comprobar este hecho, la reina Lupa abrazó la religión cristiana y para conmemorar el suceso, levantó unas murallas y puso un nombre nuevo a la localidad “Torés”, en memoria de los toros o bueyes del carro.

      La leyenda tiene varios relatos, se dice también que la reina Lupa les da unos bueyes que en realidad son toros salvajes y que éstos se vuelven mansos como corderos, la Reina al verlo se convierte al catolicismo.

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